El DHA en el desarrollo fetal:
Es especialmente recomendada para persona con dietas bajas en proteínas, personas de la tercera edad y deportistas de medio y alto rendimiento. Es benéfico para personas con diabetes que siguen sus tratamientos alopáticos.

Primeros meses de vida e infancia.
Al nacer, el cerebro tiene un peso promedio del 10% del peso del cuerpo del bebé y esta proporción se mantiene similar durante el primer año de vida, es decir que el cerebro triplica su peso en ese lapso de tiempo al igual que el niño.

La leche materna es insustituible por la gran cantidad de DHA que contiene y que sirve para continuar el desarrollo del cerebro y ojos principalmente, mientras que la leche de vaca no suple este importante ácido graso.

De acuerdo a Salem et al. (1986), aproximadamente el 30 % de los lípidos estructurales de la materia gris del cerebro es DHA y esto determina la funciones cognitivas del cerebro (Anderson et al., 1999).

Beneficios del DHA en la etapa adulta.
En la etapa adulta ayuda a prevenir y/o controlar enfermedades cardiacas (Hu et al. 2002, Kromhout et al. 1985, 1995, Stone, 1996) e inflamatorias, así como a mejorar el sistema circulatorio controlando los niveles de triglicéridos (Cullen, 2000) y elevando los niveles de HDL (colesterol bueno), lo cual disminuye el riesgo aterogénico (limpia el colesterol “malo”) y tomado en combinación con otros productos como por ejemplo el ajo se ha demostrado que también ayuda a reducir los niveles de colesterol tipo LDL y VLDL (colesterol malo) (Adam y Holub 1997; Laidlaw y Holub, 2003), todo esto es posible ya que previene o disminuye las arritmias ventriculares, es antitrombogénico, retarda la formación de las placas ateroscleróticas, mejora la hemodinámica y la función endotelial de las arterias (Connor 2000).

El DHA en la senectud.
En esta etapa, ya sea por la pérdida de piezas dentales, por olvido u otra razón, muchas personas cambian sus hábitos alimentarios y no siempre tienen un aporte suficiente de DHA, por lo que cuando el cuerpo lo demanda, lo busca y lo toma de donde lo encuentre. Esto puede ser muy “peligroso”, ya que el cerebro y sistema nervioso central son los reservorios más grandes de DHA. Es recomendable suplementar la dieta con DHA para ayudar a evitar el desgaste de las membranas de las neuronas permitiendo un deterioro más lento de la memoria entre otras cosas.