“Mi esposo es diabético desde hace 13 años y aunque aprendió a cuidar su alimentación para tener un buen control de su azúcar, lamentablemente fue perdiendo su vigor sexual. No sé si por estrés o por otras causas también se le subió la presión arterial, pero el resultado fue que años después de que fue diagnosticado como diabético él se veía apagado, triste, cansado y con mal humor. Nuestro matrimonio entró en crisis. Fue ahí cuando me enteré de los productos del Poli y fui a ver qué tenían. Mi marido comenzó a tomar
Glicina y lo demás… sí ya se lo imaginarán. Recuperamos
la llama del amor, como quien dice.”
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